UNA MIRADA HACIA “ARGOT”, DOS PIEZAS PARA VIOLÍN SOLO DE FRANCO DONATONI

 

UNA MIRADA HACIA “ARGOT”, DOS PIEZAS PARA VIOLÍN SOLO DE FRANCO DONATONI

 

Rodrigo Ávalos Tagle

2021

 

            El compositor italiano Franco Donatoni (1927 -2000), junto con nombres como Luciano Berio o Luigi Nono, se posiciona como una de las personalidades más influyentes en el ámbito de la creación musical en lo que a la tradición escrita se refiere. Para dar una breve mirada hacia su pensamiento compositivo fijaremos nuestra atención en las dos piezas para violín “Argot” del año 1979, específicamente en los primeros momentos de la primera de ellas de quién intentaremos develar los mecanismos, normas y reglas que permiten la aparición de la música deseada y comprender como operaba el pensamiento creativo del compositor italiano.

Antes de ello, creemos necesario exponer ciertos conceptos y aproximaciones teóricas que, pensamos, podrían ayudarnos en este desafío y que podrían ser evidenciados en el texto musical. Estos conceptos son el de figura y el ejercicio lúdico de la invención. En el texto “Proceso y figura”, Franco explica su relación con la enseñanza de la composición y se explaya brevemente en lo que él, como muchos otros compositores de su generación y de generaciones posteriores, entiende por figura. Por figura entenderá “todo fragmento donde el nivel de la articulación permite reconocer la identidad tipológica, no sólo en tanto organismo individual connotado temáticamente y subjetivamente, si no en tanto singularidad reconocible por las determinaciones que son propias a su connotación generalizada”. Es decir, que los niveles de relación entre los elementos puestos en juego dentro de un fragmento musical hacen que este sea reconocible y se le puede percibir como una cierta unidad. Esto posibilita el segundo de nuestros conceptos, el del ejercicio lúdico de la invención, el que podría entenderse como la plena atención al devenir de la figura. La música avanza orgánicamente en el tiempo dejando rastros sobre su futuro, obedeciendo a su propio impulso. Por tanto, la preocupación no será formal, en tanto formas clásico-románticas (a priori), sino que la pieza evidencia el camino de aquel impulso (posteriori). Entonces debiésemos suponer que existen otros parámetros que permitan los diversos momentos de la música dentro de una obra. Teniendo esto en cuenta intentaremos entrar en “Argot”.

 

“ARGOT”



            Como ya hemos mencionado Argot es una obra dividida en dos partes. Si miramos, desde lo tipológico, podremos imaginarnos casi inmediatamente el carácter de inicio de cada una. Si bien, ninguna de ellas presenta indicación alguna de carácter o de pulsación, es posible, a través de la escritura y, de alguna forma, del conocimiento de la tradición musical del interprete, estipular la una cierta forma de ser de la figura planteada.

 







primera página pieza 1(imagen 1)                                   










primera página pieza 2 (imagen 2)           

    La primera pieza se asemeja a la escritura de, por ejemplo, la Giga de la Partita n°2 para violín BWV1004 de J.S. Bach (imagen 3) o del Capricci 16 de Paganini (imagen 4). En ambos casos hay una preponderancia de secuencias de sonidos que suben y bajan de registro de forma relativamente gradual, en cuanto a los intervalos entre las notas, y, sobre todo, en el segundo de los casos, acentuaciones (sf) permiten generar nuevos puntos de impulso para cada grupo melismático. En el caso de la segunda, se observa una especie de vaciamiento de
la cantidad información sonora contenida en la primera.






 






 Imagen 3                                                                         










Imagen 4

 

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE ASCENSOS Y DESCENSOS.

El relevar estas conexiones no pretende ser meramente un acto descriptivo, sino más bien, dotar de cierta identidad histórica, de un carácter conocido, a las figuras propuestas en las piezas de constituyen Argot, especialmente en la primera. Pues es esta figura, la de una especie de “vertiginosa montaña rusa” la que se construirá, a través de figuras rítmicas regulares de corta duración (semicorcheas), en los primeros sistemas de esta obra de Donatoni. Entonces la pregunta es ¿Cómo el compositor construye ese violín? ¿Qué normas rigen este ejercicio lúdico de la invención? ¿Qué reglas están en juego? Entendiendo por regla “[…] todo lo que permite jugar un juego, transgredir la regla significa equivocarse o hacer trampa, pero no significa transgredir el juego; se transgrede el juego cuando, cambiando la regla, se juega otro juego”. (Donatoni)

            Observemos entonces la primera música que se nos presenta (imagen 5):

 

 

                                                                                                                                      Imagen 5

La imagen 5 muestra los primeros 7 sistemas de la primera página de Argot. De inmediato se nos presenta un primer gesto que es necesario caracterizar.  Observémoslo a continuación:

 

                                                                                                                                       Imagen 6

            De este fragmento podemos hacer las siguientes afirmaciones:

1.     Se expone el total cromático en un orden no secuencial.

2.     El gesto parte desde la nota siguiente al límite inferior de la tesitura del instrumento (sol#3).

3.     La secuencia de intervalos entre el sol#3 y sol5 es:

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

4.     El ascenso se interrumpe luego de sol5.

 

Dicho esto, habrá entonces que determinar si estas características tendrán impacto hacia el futuro de la obra. Tomemos, entonces, un fragmento más largo, el primer sistema completo, para observar cómo acontece la música y, en particular, las relaciones interválicas entre las alturas.

 


            

Imagen 7 (primer sistema)

Si miramos el comportamiento musical de las secuencias de sonidos ascendentes y descendente del primer sistema nos encontramos con la presencia completa o un fragmento de los intervalos presentes en el primer ascenso. Podemos hablar entonces de un matriz interválica que permite la aparición de cada nota compuesta. Entonces una primera norma podría ser establecida en torno a esta matriz es que volverá a comenzar cada vez que; 1) finalice o 2) se vea interrumpida a causa de algún acontecimiento. Valen las preguntas ¿Qué norma genera el quiebre de la direccionalidad de la secuencia de sonidos? ¿Qué norma permite la irrupción de la matriz de intervalos? Se puede observar un cierto ascenso en el registro de las líneas melódicas, dicho de otro modo, cada vez supera el límite de superior y levanta el inferior ¿Cómo se establece esta “elevación” del registro?

Al parecer, de la misma forma que expone el total cromático en la secuencia de sonidos ascendentes al comienzo de la obra se espera que el comportamiento descendente se presente con similares características. Si esto no es posible, la línea cambia de dirección. Y, por otro lado, podríamos añadir que, para asegurar el ascenso progresivo de la música en su totalidad, es posible establecer que el “piso” o “escalón”, no puede más grave, más abajo, que la última vez que se tocó. Estas dos normas para el cambio de dirección de cada secuencia, ascendente o descendente, el que tengan, en principio, el total cromático y que a su vez que la nota más grave de la “caída” no sea ni igual ni inferior a la anterior posibilitan enmarcar, en sus límites inferiores y superiores, esta música que se despega de la zona grave del instrumento y controlar su ascenso, hasta tocar “techo”. Ya definiremos cuál es ese “techo”.

En cuanto a la irrupción de la matriz interválica debemos revisar cada caso. Para ello, intentemos entrar en el juego propuesto por Donatoni haciendo el ejercicio de reconstruir la pieza.

La matriz:

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

Apliquemos la matriz desde sol#3 (primer ascenso)

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

sol#

la#

si

re

mib

fa

solb

la

do

reb  

mi

sol

 

Si ya se estableció con anterioridad que la matriz se repetirá luego de ser enunciada, entonces el intervalo que existirá a partir de sol5 sería una 2M, posibilitando la aparición de la nota la. Pero eso provocaría repetir una de las notas del ascenso (este evitar la repetición parece ser un uso heredado del pensamiento schoenbergiano, con el fin, en este caso, de evitar desbordar los márgenes). Por tanto, como también se ha mencionado, ante la repetición, cambiar de dirección, aplicando la matriz de forma descendente desde sol.

 

Matriz a partir de sol (primer descenso)

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

Sol

fa

mi

reb

do

sib

la

fa#

mib

re

si

sol#

 

De forma similar a la operación realizada anteriormente tenemos, en la aplicación de la matriz descendiendo desde sol, como resultado el total cromático. Pero en esta operación hay una norma transgredida, la de no tocar o ir más abajo del “escalón” en el que nos encontrábamos previamente. Por tanto, el último intervalo (3m) se verá imposibilitado de suceder en forma descendente. Así, nos vemos en la obligación de cambiar de dirección. Por lo que la nota no será entonces sol# sino re.

 

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

sol

fa

mi

reb

do

sib

la

fa#

mib

re

si

sol# re

 

Hasta este momento no nos hemos visto forzados a troncar el desplazamiento de la matriz de intervalos. Sigamos desde re.

 

Matriz desde re (segundo ascenso)

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

re

mi

fa

lab

la

si

do

mib

fa#

sol

sib

reb

 

En este despliegue de la matriz desde re, como ya está comprobado en las experiencias anteriores, muestra el total cromático. Pero corroboremos el segundo ascenso con lo escrito por el compositor italiano.

 

 

Imagen 8

En ese segundo ascenso, las alturas dada por nuestra matriz no dan cuenta de lo escrito por Donatoni. Si bien, ambas secuencias comienzan en re, el primer intervalo no es 2M sino 2m. Nos es de interés detenernos en este punto y reflexionar: ¿Por qué ese mib escrito en la partitura no es mi? Si miramos los ascensos y descensos anteriores veremos que guardan algo en común; muchas de las notas han mantenido su polarización, otras las han variado, pero creemos necesario relevar 3 de ellas; re, la y mi. Estas alturas coinciden con las de las cuerdas al aire del instrumento para el que se está escribiendo y, si estableciésemos que el respeto por esta cualidad forma parte de las normas que están en juego en parte de esta música, entonces sería posible modular el intervalo, manteniendo su cantidad y modificando su cualidad. Es decir, cambiando 2M por 2m, incorporando el cambio de mi a mib, rompiendo así, por primera vez, la matriz interválica. Pero ¿Cómo continuar desde este punto? Bueno, se aplica nuevamente la matriz, pero ahora, desde mib.

           

           (fragmento segundo ascenso)

 

2M

2m

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

mib

fa

solb

la

sib

do

reb

mi

sol

lab

si

re

 

Volvamos a la partitura.


                                                                                                      Imagen 9

 

Si comparamos la aplicación de la matriz con la realidad de la pieza hay una coincidencia hasta la aparición del si (natural) luego del lab hacia el final de la secuencia. ¿Qué sucede en este punto si en la aplicación de la matriz no arroja ninguna altura repetida? Si bien en la matriz no hay nota repetida es el ascenso el que determina la norma. En este sentido, la frecuencia ausente – si – no puede suceder pues la fue enunciada a la base de este ascenso. Por tanto, no queda más que redireccionar la línea, haciendo aparecer la nota fa. Si proseguimos en la secuencia, teóricamente, luego de ese fa debe suceder un 3m descendente – re pero no es eso lo que ocurre. Este intervalo se ve modulado ante la presencia de la nota mi ¿Por qué ese mi? Es posible que, siendo consecuente con la relevancia de la cuerda al aire, se puede normar que cada vez que exista un cambio de cuerda, sobre todo en primera posición, debe estar mediado por su nota “al aire”. Hasta el momento, no hubo que hacer esa salvedad, pues el proceso de composición no había presentado esta característica. Y como se moduló un intervalo, se interrumpió el avance de la matriz, esta debe comenzar nuevamente desde la última nota, mi.

Desde este punto, es posible reconstruir esta sección siguiendo las normas antes descritas, ¿Hasta dónde? Por el momento hemos asegurado el ascenso de la música, pero, como es evidente, no se puede subir aeternum, nace la necesidad de determinar un “techo”. Este “techo”, esta altura máxima de ascensión aparece en el segundo sistema, la nota mi, como aparece señalada a continuación (flecha roja):



Imagen 10 (Segundo sistema)

El establecer esta altura máxima es pensar en el instrumento, como todas las decisiones tomadas hasta el momento. Decir mi7 es enunciar no un máximo respecto al sol# al comienzo de la pieza, es pensar en una cierta correspondencia con la naturaleza de la cuerda en la que irá posicionada esa nota, es la presencia de la última cuerda “al aire” tocada, pero dos octavas más arriba. Desde este momento no queda más que descender, usando las mismas reglas con las de se levantó la música, pero la preocupación ya no es “subir el escalón” sino bajar el “techo”. Es decir, establecer que no se puede ni repetir ni exceder, ascendentemente, la última nota más aguda tocada. Eso hace posible que a la base de esta “montaña rusa” esté presente la misma nota dos veces consecutivas, fa (ver imagen 10, flechas anaranjadas). La pregunta parece ser ahora ¿Hasta dónde “caer”? Hasta volver al punto de partida (imagen 11).

 




Imagen 11(Tercer sistema)

 

SOBRE LAS ACENTUACIONES

 

            Como ya hemos mencionado, la figura presente al comienzo de la primera pieza de “Argot” no solo presenta, gráficamente, “montes y valles” sino que también, similar a la partitura de Paganini, puntos de acentuación como impulsos para el avance de la música (imagen 12).



Imagen 12 (ejemplo en primeros 3 sistemas)

            Se puede observar en la imagen antes presentada (12) que las acentuaciones (sf) se presentan periódicamente de forma irregular en lo relacionado a la cantidad de notas puestas entre uno y otro. Por otro lado, estas acentuaciones no se relacionan con los puntos de cambio de dirección que hemos mencionado anteriormente. Si hemos visto que existen normas que permiten la aparición de las alturas, podemos pensar que hay forma de colocar estos acentos. Sigamos la pista de las notas involucradas en esta situación en parte de los tres primeros sistemas. Las notas son:

 

sol#

sib

si

re

mib

fa

fa#

la

sib

do

reb

mi

fa

sol

sol#

si

do

re

 

 

            Parecemos tener, entonces, una organización de alturas – en tanto nombre – ascendente y su estructura interválica interna nos es ya familiar. Si volvemos al primer ascenso y enumeramos sus notas tendremos:

                      

                                                                                         Imagen 13

Este orden coincide preliminarmente con todas las alturas con excepción de aquellas notas señaladas con el signo de interrogación – sib y fa – (imagen 14).

 


                                         Imagen 14

             

            Con esta observación, nos es posible pensar que el procedimiento con el cual asignar la ubicación de la acentuación no tiene vinculación con una cantidad de notas dentro de cada grupo (conjunto reunido bajo el ligado entre sf y sf) sino con la reaparición de las notas presentes en la secuencia inicial, una relectura del primer ascenso. Ahora bien, si miramos más adelante la asignación de acentuaciones, estas parecen no responder al orden expuesto en el texto. Sin embargo, si armamos la secuencia de acentos fuera de la partitura obtendremos lo siguiente (añadiendo aquellos del cuarto sistema, no citado en la imagen 14):

 

 

 

fa

sol

sol#

si

do

re

mib

solb

la

sib

do#

mi

 

2m

2M

3m

2m

2M

2m

3m

3m

2m

3m

3m

 

 

2m

2M

3m

2m

2M

2m

3m

3m

?

2m

3m

     3m

 

 

sol#

sib

si

re

mib

fa

fa#

la

sib?

do

reb

mi

 

sol

 

 

 

Imagen 15

            En el cuadro anterior se presentan las acentuaciones asignadas por Donatoni. Hacia la izquierda aparecen las enunciadas en referencia a lo que ya hemos mencionado. A la derecha se muestra una nueva secuencia a partir de la nota fa. Por tanto, es evidente el uso de un segundo conjunto de sonidos para los procesos de asignación de acentuación. Esta segunda secuencia (B), no se encuentra inmediatamente después del término de la primera, sino que más bien, aparece de manera superpuesta, usando la nota sol como elemento vinculante entre una y otra, explicando aquel fa que no corresponde al primer conjunto (imagen 15).  

 

Imagen 15

            Si observamos la primera sección, que a continuación citaremos (imagen 16), veremos la disposición de acentuaciones y como estas van apareciendo en correspondencia a las secuencias, A (numeración roja) y B (numeración azul), recién mencionadas.


Imagen 16

                                                                                                                     

 A MODO DE CONCLUSIÓN

            Hemos revisado ya un fragmento breve de la primera de las dos piezas que componen “Argot” de Franco Donatoni. Este trozo musical ha permitido adentrarnos en una dimensión práctica de lo que significa en el compositor el concepto de figura y de ese ejercicio lúdico de la invención. Como se ha mencionado, todo lo acontecido en el desplazamiento temporal de la música en el comienzo de la pieza responde a diversos factores:

1.     La figura aquí implicada no es precisamente una música percibida en la abstracción, sino, más bien, una mirada a una cierta historicidad del comportamiento del instrumento.

2.     Este pensamiento parece permear los elementos que están compuestos dentro del fragmento y que, de seguro, están presentes en el resto de la música. Sólo basta observar que alturas están destacadas por acentos en secciones posteriores y como se van relacionando con lo ya ocurrido.

3.     Este ejercicio lúdico de la invención, delimitado por la figura, parece sustraer todo su accionar por medio de tres factores: Primero, la materialidad y posibilidades del instrumento; Segundo, una serie de normas que permiten la representación de la figura “en marcha” y en el juego compositivo; Y, en tercer lugar, la extracción acontecimientos que, el propio texto musical va arrojando a raíz de la puesta ruedo de esa figura y su normativa, permite el avance de la música recurriendo, en la mayoría de los casos, a su propio pasado.

 

Pese a que pudimos ser capaces de comprender casi en su totalidad las formas de accionar del compositor en este brevísimo fragmento aún quedan ciertos puntos bajo un halo de cierto misterio que quedarán sin ser develados en este momento. Como, por ejemplo, ¿por qué se acentúa el sib cerca del comienzo del segundo sistema? Podría pensarse como antojadizo, pero eso vuelve a suceder hacia la mitad del quinto sistema, en la misma posición respeto a las acentuaciones que la rodean. Otro ejemplo, ¿por qué quebró la dirección del segundo descenso al llegar a fa# si parece posible seguir a un mib ya que no quebrantaba ninguna de las limitaciones propuestas? Estos pueden parecer datos poco relevantes, pero ¿Es posible entrar en un juego – el nuestro: un análisis mediante la recomposición de la obra – sin comprender todas sus normas? Solo queda, entonces, seguir pensando.


 

BIBLIOGRAFÍA

 

1.     Donatoni, F. (sin fecha), Proceso y figura [archivo digital] Scribds: https://es.scribd.com/doc/262709821/4-Donatoni-Proceso-y-Figura [fecha de consulta: 19 de julio de 2021].

2.     Restagno, E “Un’autobiografia dell’autore raccontata da Enzo Restagno.” Autori Vari Donatoni. Ed. Enzo Restagno. Torino: EDT, 1990. Google books:https://books.google.cl/books?id=GEwgkdzTotoC&printsec=frontcover&source=gbs_v2_summary_r&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false [fecha de consulta: 19 de julio de 2021].

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